miércoles, 15 de abril de 2009

Semana Santa...


Desde hace muchos años (ya casi no recuerdo cuántos) he pasado la Semana santa fuera de Granada. Siempre nos íbamos en viaje familiar a cualquier parte del mundo para evadir nuestros problemas por unos días.
Este año, sin embargo, no he podido disfrutar de vacaciones en estas fechas, así que me propuse que fuera ésta una semana cultural. Siempre me habían contado lo bonita e impresionante que es la Semana Santa granadina, con su Cristo de los Gitanos por la Cuesta del Chapiz o el Silencio por la Carrera del Darro... Así que me propuse ver todos y cada uno de los pasos en los sitios "recomendados".

En realidad, las procesiones nunca me han gustado. Cada paso que he visto en mi vida (siempre con alguna excepción) me ha producido un sentimiento de tristeza, pena o melancolía. Incluso cuando era pequeña, que me quedaba en casa de mi abuela y veía algunas procesiones desde el balcón, las ganas de llorar que me provocaba eran tan intensas que prefería esconderme. Y me gustaría aclarar que este sentimiento de tristeza no estaba unido al sentimiento religioso...

La cuestión es que he disfrutado de la cultura granadina al máximo. He visto un gran numero de pasos (no todos como me hubiera gustado) y he descubierto una Granada diferente. Me he vuelto a enamorar de mi ciudad, a la que tenia un poco olvidada (eclipsada por el encanto italiano), de sus barrios antiguos, de su Alhambra, de su gente... Pero también he aprendido que este sentimiento de tristeza no se pasa con los años.
Así pues, tengo claro que he disfrutado del momento, y no sé lo que me deparará la Semana Santa del año próximo, pero seguro que no será igual que esta.

jueves, 2 de abril de 2009

escapadita



Nunca olvidaré la primera vez que estuve frente a Fontana di Trevi: eran las 3 de la madrugada, despues de un dia de fiesta, pues era el "1º Maggio" y en Roma habia una gran fiesta con conciertos durante todo el día y mucho alcohol de por medio...
Despues de un largo paseo desde San Giovanni, pasando por el Colisseo y los Foros Romanos (intentando bajar nuestro nivel de alcohol en sangre) decidimos buscar la fuente más famosa de esta ciudad. Según nos acercabamos por las calles estrechas y torcidas, el sonido del agua se hacia cada vez más intenso. Tanto, que nos parecia estar acercandonos a unas cataratas del tamaño de las del Iguazú.
Una amiga decidio taparme los ojos y guiarme hasta la fuente siguiendo solo el sonido del agua. Y cuando estuve frente a ella me quitó las manos de la cara y me dejó allí, plantada delante de la misma.

Nunca imaginé que fuese tan grande. Me impresionó que estuviera situada entre callejones y que la encontraramos al girar una callecita... Despues de un rato contemplándola, desee que aquella noche no terminara nunca, pues el sonido del agua cayendo, la oscuridad y, sobre todo, que estaba alli solo para nosotros, sabia que no se volvería a repetir.

Después de aquel día he vuelto varias veces a Roma y cada día que he pasado en esa ciudad he ido a ver la fuente, pero nunca a vuelto a ser igual que aquel día...

Este año vuelvo a Roma. Cada vez que voy es una ilusión, un deseo hecho realidad. Y como no, esta vez tambien visitaré "La Fontana"

miércoles, 1 de abril de 2009

entusiasmada...


Y con el tiempo, lo que pensé que eran amores, solo fueron entusiasmos...