
Una vez terminado el año y después de la resaca Navideña es cuando, de verdad, se puede hacer balance del año.
Lo que empezó como un año perdido en la desesperación del no saber qué hacer con mi vida, ha terminado, ahora puedo decirlo, como uno de los mejores años!
Enero me planteaba un año con pocas espectativas... Estaba haciendo un curso de cocina que cada día me motivaba menos y al que no le estaba viendo ningún futuro laboral. Pero llegó febrero y con él un llamada que habría de cambiar mi vida! Una beca que había solicitado y a esas alturas ya no consideraba posible me brindo la posibilidad de abrir , no la venta, sino el balcón que años atrás había dejado entornado esperando que llegara este momento: ¡volver a Italia!
Con una semana para preparame, deje atrás todo lo que estaba haciendo para vivir una nueva aventura. Y sin ninguna duda puedo decir que ha sido LA MEJOR DE MI VIDA.
Allí he conocido gente increíble, he disfrutado de cada momento al máximo, he sufrido la distancia, pero sobre todo, he vivido MI vida. Han sido cinco meses de aprendizaje continuado de los que no me arrepiento ni un segundo y de los cuales me acuerdo cada día.
La vuelta, a finales de junio, fue difícil. Me llevaba una maleta llena de amigos, paisajes, recuerdos... pero allí se quedó un pedacito de mi corazón.
Pero una nueva vida me esperaba en casa, pues nada tenia que ver con la que me deje cuando decidí irme...
Julio me trajo un nuevo trabajo, mucho más motivador que todos los anteriores y que hacia mucho tiempo que estaba esperando. Así que sin tiempo para vacaciones, comencé a currar. Los principios siempre son duros y en este caso no iban a ser menos, pero con trabajo y esfuerzo todo se consigue.
Y así he pasado el verano, entre el trabajo y la piscina (doy gracias a mis padres por tener una casa como esta!) hasta que llegó el otoño y con el una visita muy esperada: Uno de mis amigos italianos se pasó por aquí a verme. Fue una semana genial!Nos reimos, recordamos anecdotas y le enseñé mi ciudad.
Pero tuvo un final truncado... tanta felicidad era imposible.
Esto me llevo al distanciamiento con una de mis mejores amigas y a un tiempo de soledad y tristeza.
Pero como dicen, el tiempo todo lo cura, y el espacio se fue llenando con otras cosas... entre ellas un gran vínculo entre compañeros del trabajo, los cuales me dan unos momentos inolvidables!
Y sin darme cuenta ha llegado diciembre, y con el la Navidad y con ella mi hermana.
¡Cuánto se echa de menos a la familia cuando está lejos! Suponía que estas serian unas Navidades tristes (como habían sido las ultimas) y sin embargo no ha sido así. Hacia mucho tiempo que no me divertía tanto y menos en este período... pero la gente nunca deja de sorprenderte, para bien o para mal. En mi caso ha sido para bien, tengo que alegrarme de ello...
Así pues, ha terminado este año para mi. Ha sido un gran año. Pero aunque ha estado repleto de cosas, no puedo evitar pensar en lo que le ha faltado... y pienso en el nuevo año que comienza, repleto de espectativas, quizá sea el que me traiga eso que el anterior no me dio.
¡Feliz año nuevo a todos!